La fragancia captura la esencia de la luz interior a través de radiantes notas de salida, un corazón puro y delicado, y una sensual base. Al despertar, la radiante bergamota ilumina los suaves pétalos de las flores: un exuberante ramo de rosas recicladas y acordes florales blancos de azahar, jazmín y fresia.
La fragancia se despliega gradualmente hasta una voluptuosa base con el icónico corazón de almizcle de Narciso Rodríguez. Esta firma inconfundible se realza con elegantes facetas amaderadas y ambaradas de sensual madera de cedro y cachemira, que le dan a la fragancia una estela misteriosa y difusiva.
Las imágenes son meramente ilustrativas