La fragancia se abre con notas altas vibrantes y especiadas de vainas de cardamomo verde, nuez moscada cálida y aceite esencial de ciprés. En el corazón, el almizcle característico de Narciso Rodríguez se fusiona con notas florales aromáticas de geranio bourbon y lavandín, infundidas con una esencia mineral de algas rojas.
La base revela una madera por excelencia, donde la profunda calidez del cedro crea una textura sensorial que realza las notas persistentes del pachulí amaderado y el rico y terroso vetiver.
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